martes, 9 de noviembre de 2010

LA IGLESIA CATÓLICA NO DEBE INTERFERIR EN LAS DECISIONES DE UN ESTADO LAICO

Las declaraciones del arzobispo de Xalapa en contra de la legalización del aborto y de la eutanasia, vertidas durante la no-recomendable visita privada del gobernador electo Javier Duarte al prelado veracruzano el pasado 7 de noviembre, significan una intromisión religiosa en el quehacer legislativo de un gobierno aconfesional.

Desde la Constitución de 1857 México se proclamó como Estado Laico, lo que fue ratificado en la Constitución de 1917 que rige hasta la fecha, el artículo 130 establece la separación de Estado e iglesias, por esto no es conveniente que quien estará a cargo del Poder Ejecutivo de Veracruz a partir del 1º de diciembre tenga reuniones cerradas con el líder de una confesión, en todo caso ese tipo de encuentros deben ser públicos e incluir a todas las religiones registradas en el estado.

Por lo que respecta a las declaraciones del arzobispo Hipólito Reyes resulta paradójico que sea la Iglesia Católica la que se esgrima como defensora de la vida, cuando en sus mil seiscientos años de historia han sido responsables de millones de asesinatos: al aliarse con el emperador Constantino en el siglo V exterminaron a los Gnósticos, durante la Edad Media extendieron su poder con el derramamiento de sangre inocente, institucionalizaron la cacería de brujas, arrasaron con los Cátaros (incluidos mujeres, ancianos y niños), quemaron en la hoguera a Giordano Bruno, a Savoranola y a quienes como ellos disintieron de sus conocimientos “científicos” o de su manera de vivir la fe, fueron cómplices de España y Portugal en las barbaridades de la conquista y la colonia y de los gobiernos post-independentistas de América en la masacre que sufren los pueblos indígenas hasta la fecha, a través de la Inquisición persiguieron a chamanes, homosexuales, sacerdotes animistas y judíos durante más de trescientos años; nadie, ni siquiera Adolfo Hitler, ha hecho gala de tanta violencia sobre la tierra.

Es claro que las autoridades religiosas pueden establecer normas para sus seguidores, en el artículo 1398 del Derecho Canónico se configura la pena de excomunión para quien procure el aborto, pero hasta ahí, de ninguna manera pueden pretender regir la vida de quienes no acuden a sus templos, el poder de las religiones no debe extenderse más allá de la puerta de sus instalaciones.

La interrupción del embarazo no es una solución recomendable, lo ideal es la prevención de los embarazos no deseados, sin embargo, independientemente de que los cuerpos de las mujeres pertenecen a ellas y no a los gobiernos ni a las devociones, en Veracruz se enfrenta una realidad lacerante, cada año mueren cientos de mujeres a consecuencia de los abortos clandestinos y ocurren aquí el mayor número de embarazos en adolescentes de todo el país, por lo que el verdadero crimen es criminalizar el aborto y a quienes lo practican. Por fortuna las mujeres que no desean llevar a término el embarazo pueden ya viajar a la Ciudad de México y realizar la interrupción en condiciones clínicas adecuadas y sin violentar ninguna ley, la legislación veracruzana no se aplica a actos ocurridos fuera de su territorio y la canónica no se ejerce cuando existe desconocimiento de su existencia, así que conviene a las católicas no leer las reglamentaciones de su Iglesia, a fin de cuentas sus sacerdotes llevan más de milenio y medio tratando de que sus feligreses no lean, sin embargo muchas mujeres no cuentan con los recursos económicos para viajar a la capital de la república.

En lo referente a la eutanasia hay una contradicción evidente, el Papa anterior, Juan Pablo II, condenó públicamente a los médicos y hospitales que prolongan la vida de los moribundos cuando no hay solución posible, con evidentes fines de lucro, esto es, que a los enfermos terminales hay que dejarlos morir en paz, sobre todo si ellos lo solicitan; por qué entonces no evitar el sufrimiento de quienes no tienen salvación posible.

Los líderes religiosos son libres de expresar sus opiniones ante su grey pero no están facultados para emitir recomendaciones a los legisladores ni a los gobernantes, eso se lo acaban de dejar claro al Papa Ratzinger en su reciente visita a España, la baja afluencia a las ceremonias religiosas de Santiago de Compostela y Barcelona y las manifestaciones de repudio de la comunidad lésbico gay y de organizaciones liberales son evidencia de que en diferentes geografías los ciudadanos no están dispuestos a soportar más manipulaciones eclesiásticas y menos si estas se dirigen a menores de edad.

El próximo gobernador del Estado de Veracruz tiene la obligación moral de hacer respetar la Constitución vigente y gobernar para todos los habitantes del territorio, no nada más para los seguidores de una corriente religiosa; corresponde a la sociedad civil velar por el respeto a los derechos y garantías que las leyes establecen y no permitir la ingerencia de grupos de poder, por muy eclesiásticos que estos sean.

Fundación Caftánrojo AC

Verónica Rodríguez Cecilio y Ramón Acevo

domingo, 13 de diciembre de 2009

LA “PROTECCIÓN” DE LA VIDA DESDE EL MOMENTO DE LA CONCEPCIÓN: ¿MISOGINIA O IGNORANCIA?

“No somos Dios, no nos equivoquemos otra vez…”
Pablo Milanés/Pecado Original


El 17 de febrero del año 1600 murió en la hoguera el religioso, filósofo, astrónomo y poeta Giordano Bruno, tras un encarcelamiento de 8 años, cometió el grave delito de afirmar que la tierra giraba en torno al sol, lo hizo en un momento en que imperaba la idea de que el planeta que habitamos era el centro del universo y todo, absolutamente todo, debía moverse en torno nuestro (geocentrismo y antropocentrismo), disentir le valió la acusación de blasfemia, herejía e inmoralidad por parte del Tribunal del Santo Oficio, la palabra del Papa Clemente VIII estaba por encima de todo principio científico, hoy nos puede parecer una broma macabra, pero lo cierto es que los ignorantes y obcecados son peligrosos, prefieren matar antes que aceptar su error.
La propuesta no era nueva, se basaba en el planteamiento de Aristarco de Samos (310-230 a.e.c.), si bien la tesis de Giordano Bruno rebasaba el heliocentrismo al afirmar la infinitud del universo; en su obra
Dark Ages Isaac Asimov (1920-1992) consideró que el asesinato del filósofo napolitano tuvo un efecto disuasorio en el avance científico de la civilización, particularmente en las naciones católicas, los actos represivos de las autoridades eclesiásticas forzaron a los investigadores a abandonar sus proyectos o a trabajar en la clandestinidad.
Otro hombre de ciencia, Galileo Galilei, fue condenado a prisión perpetua en junio de 1633, por insistir en el movimiento de la Tierra, la pena le fue conmutada por el arraigo residencial a instancias del Papa Urbano VIII, previa abjuración de Galileo, sus libros fueron prohibidos y sus investigaciones posteriores tuvieron que enviarse clandestinamente fuera de Italia; lo sufrido por Galileo afectó a pensadores y científicos de su tiempo, que en la misma Italia y en otros países de Europa y América tuvieron que ocultar parte de sus trabajos, aún personajes tan relevantes como René Descartes se vieron censurados o tuvieron que aplicar medidas precautorias de autocensura.
Fue hasta 1757 que la Iglesia Católica derogó la prohibición para la publicación de libros que afirmaran que la tierra gira alrededor del sol, y apenas en 1820, con la discreta publicación del libro
Copérnico, Galileo y la Iglesia: fin de la controversia, se estableció que afirmar que la tierra gira alrededor del sol no es blasfemia, vaya, que amables.
359 años, 4 meses y 9 días después de la condena a Galileo, el 31 de octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II pidió perdón por el abuso, ¿Quién pedirá perdón dentro de 300 años a las mujeres que morirán sin atención adecuada por culpa de la aberración científica y jurídica que ha sido aprobada ya en 17 estados de México?, nuevamente la Iglesia Católica tiene mucho que ver en lo que ocurre, aunque ahora no es la Inquisición la que hace el trabajo sucio sino gobernadores republicanos y congresos locales.
En el canon 1398 del Derecho Canónico se establece: “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión
latae sententiae”; esto implicaría la excomunión de millones de mujeres católicas cada año, y de algunos miles de médicos y parteras practicantes de la misma religión, pero resulta que la Iglesia Católica afronta un grave descenso de feligreses y de ingresos en los últimos 50 años, derivados de su inflexibilidad dogmática, de su negativa a aceptar que el mundo está sobrepoblado y que el promedio de preparación de la gente ha mejorado significativamente de la Edad Media a la fecha, de la competencia que le representan los cultos emergentes y de los numerosos escándalos sexuales y financieros que han incidido directamente en el ánimo de sus seguidores, por eso, como prudente medida otro canon, el 1323, excluye de la sanción de excomunión a las mujeres menores de 16 años, a personas con disfunción mental y a quienes desconocen la existencia del canon 1398; mientras en el derecho civil la ignorancia de una ley no exime de su cumplimiento (ignorancia supina: la que procede de negligencia en aprender lo que puede y debe saberse), en el derecho eclesiástico si, ¿cuántos católicos tienen un ejemplar del Derecho Canónico?, ¿realiza la Iglesia Católica alguna acción específica para divulgar los cánones que la rigen?, es claro que resulta más sencillo dejar que la autoridad civil cargue con el desprestigio y con el muerto, literalmente con las muertas, mientras los señores presbíteros tratan de contener la desbandada de adeptos.
Hasta diciembre del 2009 han sido aprobadas modificaciones constitucionales en 17 estados de la República Mexicana para “proteger” la vida desde la concepción, diferentes líderes católicos, evangélicos y cristianos han manifestado ante diferentes medios que la intención es lograr esos cambios en 24 estados para poder solicitar la modificación del artículo 4º de la C
onstitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir, pretenden que un estado laico se someta a principios religiosos; el 9 de diciembre del 2009 el Rector de la Antigua Basílica de Guadalupe y presidente de la asociación Derechos del Concebido, Agustín Rivera Díaz, y el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, felicitaron públicamente a los legisladores que han blindado “la defensa de la vida”, una defensa que condena a muerte a las mujeres sin recursos y que, nuevamente, pretende aplastar a golpes de fanatismo los criterios de la ciencia.
En un manifiesto publicado en marzo del 2007 los científicos mexicanos integrantes del Colegio de Bioética de México afirmaron, entre otras cosas: “Los conocimientos científicos sobre el genoma, la fertilización, el desarrollo del embrión humano y la fisiología del embarazo indican que el embrión de 12 semanas NO es un individuo biológico ni mucho menos una persona, porque:
a) Carece de vida independiente, ya que es totalmente inviable fuera del útero.
b) Si bien posee el genoma humano completo, considerar que por esto el embrión de 12 semanas es persona obligaría a aceptar como persona a cualquier célula u órgano del organismo adulto, que también tienen el genoma completo. La extirpación de un órgano equivaldría entonces a matar a miles de millones de personas.
c) A las 12 semanas el desarrollo del cerebro está apenas en sus etapas iniciales y no se ha desarrollado la corteza cerebral ni se han establecido las conexiones nerviosas hacia esa región que son indispensables para que puedan existir las sensaciones.
d) Por lo anterior, el embrión de 12 semanas no es capaz de experimentar dolor ni ninguna otra percepción sensorial, y mucho menos de sufrir o de gozar.”
En el aspecto legal las modificaciones aprobadas en los estados pueden ser impugnadas, caso por caso, por estar en contradicción con la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que en el artículo 1º párrafo III asienta: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”; y en el artículo 4º fracción II: “Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”; y fracción III: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud.”; las modificaciones de las Constituciones estatales que dicen defender la vida desde el momento de la concepción o de la fecundación incurren en discriminación de género al responsabilizar a las mujeres, y únicamente a las mujeres, del proceso de gestación, menoscaban la libertad de las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo y atentan contra la dignidad de las mujeres pobres quienes no cuentan con recursos económicos para interrumpir un embarazo no deseado en condiciones médicas seguras en una zona del país o del extranjero donde abortar sea lícito, por lo tanto, les niegan a las mujeres el derecho a la protección de la salud.
Esto implica, simple y llanamente, que las legislaturas estatales están violentando leyes federales.
Además existen diversos acuerdos internacionales signados por México en materia de Derechos Humanos y Salud Pública.
En la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas, en el Cairo, en 1994, se estableció que tratar el impacto sobre la salud del aborto inseguro es una cuestión primordial de la salud pública.
En el artículo
International Developments in Abortion Law: 1988-1998 publicado en el American Journal of Public Health, número 89, de abril de 1999, de R J Cook, B M Dickens y L E Bliss, se señala: “Los niveles del aborto inseguro en los países de América Latina que tienen leyes restrictivas alcanzan dimensiones epidémicas. Cada año aproximadamente 4 millones de mujeres latinoamericanas recurren a abortos inseguros, y del 30 al 45% de ellas sufren complicaciones que imponen un costo enorme a los sistemas de atención a la salud…
Quienes participaron en la Conferencia de El Cairo estuvieron de acuerdo en que no debía promoverse al aborto como un método de control de la fecundidad y que a la prevención de los embarazos no deseados siempre debe otorgársele la más alta prioridad. No obstante, la Organización Mundial de la Salud calcula que la mitad de todos los embarazos aún son no planeados, y que una cuarta parte de ellos son no deseados. La mayoría de las reformas a la legislación de aborto de la última década retiran barreras penales al aborto, pero pocos de estos cambios requieren de la real provisión del servicio de aborto y de la adopción de medidas preventivas diseñadas para reducir la necesidad de abortos, tales como servicios de anticoncepción y consejería postaborto, información y servicios sobre salud reproductiva incluyendo anticoncepción de emergencia y educación sobre sexualidad.
Ubicar servicios de aborto en el contexto de los servicios de salud ha hecho que algunos países que proveen de atención a la salud con financiamiento federal tengan que distinguir entre abortos terapéuticos y no terapéuticos. En Canadá, la propuesta del gobierno de Columbia Británica de negar cobertura para abortos dentro de los seguros de salud fue considerada ilícita ya que la determinación de si un aborto es médicamente necesario es una decisión clínica y no política.”
Por otra parte el Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), de la Organización de las Naciones Unidas, en su sesión de agosto de 1997, consideró las altas tasas de mortalidad materna originadas por abortos clandestinos, como violaciones al derecho a la vida de las mujeres, y recomienda que los gobiernos revisen las medidas punitivas y aseguren a las mujeres, como su derecho, acceso oportuno a cuidados de emergencia.
La negativa del estado a permitir el aborto establece una maternidad forzada, concepto que en principio se asignó a los casos de mujeres violadas durante acciones bélicas, a quienes se les negó posteriormente el derecho a abortar, lo que en ese caso fue tipificado como crimen de guerra, posteriormente el término se ha validado como trasgresión de un derecho por parte del Estado en los casos de violaciones, pobreza o peligro para la salud de la madre.
Uno de los principales obstáculos de los estados laicos es la pretensión de las iglesias de convertir normas confesionales en leyes, confundiendo el estatus de creyente con el de ciudadano y pretendiendo que aspectos concernientes al credo de un grupo deben aplicarse a la totalidad de la población; el 7 de diciembre del 2009 el obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, en España, José Sánchez, se quejó de que el estado pretende reducir el papel de la Iglesia Católica a los templos, curiosamente el mismo día en el mismo país había sido intervenida una entidad financiera operada por el clero,
CajaSur, debido a sus reiteradas violaciones a las disposiciones legales en la materia.
Durante siglos la Iglesia Católica y otras religiones han impuesto su dominio sobre los pueblos, acaban con la diversidad cultural de las naciones donde predominan y favorecen el exterminio por razones étnicas y de fe, históricamente las regiones bajo dominio religioso han sido las de mayor atraso cultural, educativo y económico. La diversidad enriquece la vida de un país, la imposición de una idea dominante la empobrece.
En México la Iglesia Católica opera, directamente o a trasmano, bancos, escuelas, universidades, hospitales, programas asistenciales, acciones de empresas nacionales y multinacionales, pareciera que las Leyes de Reforma nunca hubieran existido, además ejerce un fuerte cabildeo para colocar a sus adeptos en posiciones clave en el gobierno y modificar la legislación a conveniencia, de forma que toda la población, independientemente de sus creencias o de la falta de las mismas, se someta a sus preceptos.
Podemos considerar que ese es el lógico resultado de que el Partido Acción Nacional haya llegado al poder, lo patético de la situación es que estados gobernados por el Partido Revolucionario Institucional, el fruto de la Revolución Mexicana, se plieguen a las pretensiones del clero, y peor aún, que eso también ocurra en estados donde gobierna el Partido de la Revolución Democrática, la supuesta opción de izquierda.
Estamos asistiendo no únicamente al desmantelamiento de los pocos avances obtenidos hasta ahora en materia de equidad de género, sino al inicio de una nueva era de oscurantismo, una nueva edad media para Latinoamérica, donde a pesar de los avances que en materia social se han tenido en países del centro y el sur del continente, se mantiene una actitud hipócrita respecto a los derechos de las mujeres, los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Perú se han plegado también a las presiones de la Iglesia Católica en un aparente intercambio de canonjías por votos; en materia de derechos de las mujeres Cuba sigue siendo la honrosa excepción, aunque en ningún país se ha llegado aún al nivel de sumisión de los 17 estados de la República Mexicana que han cometido el error histórico de defender una postura insostenible.
Esto forma parte de una serie de acciones, que, planeadas o producto de la irreflexión que produce la embriaguez de poder, nos colocan en la ruta de la sumisión, de la esclavitud moral, en un retorno al coloniaje del que salimos hace apenas doscientos años.
La destrucción de la frágil infraestructura cultural edificada a través de décadas con más imaginación que recursos, el empobrecimiento de los contenidos de los programas educativos, el abandono de los pocos proyectos existentes de investigación científica, los intentos desesperados por despojar de recursos a la educación pública superior, el ataque frontal a los derechos de las mujeres y a las mujeres mismas, como hemos estado viendo que ocurre en Ciudad Juárez, en el Estado de México y en el sur de Veracruz, son parte de la escalada violenta que subvierte la legitimidad desde la figura del Estado.
Es prioritario defender en las trincheras ciudadanas el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, tanto por la importancia del hecho mismo como por la necesidad de frenar los ataques al laicismo y al esquema de nación plural y diversa, estamos obligados a encontrar vías pacíficas para hacer frente a la violencia desde el poder, al abuso constante e infame a que nos están sometiendo, la barbarie se combate con ideas.
Lamentablemente no hay líderes políticos a los cuales recurrir, representantes que tengan el menor interés en las necesidades de quienes votaron por ellos, tenemos que reconocer que a los políticos y a los religiosos los homologa la ambición, independientemente de cuál sea su partido, su signo o su bandera.
Los ataques sistemáticos contra el género femenino, que aspiran a adquirir rango constitucional, son resultado de la misoginia y la ignorancia que persisten en la clase política mexicana, lamentablemente no nada más entre sus componentes masculino sino también entre las congresistas y funcionarias que han colaborado en o permitido la aprobación códigos que atentan contra derechos esenciales.
La identidad de un país la construye su gente ¿Cuál es el México que queremos legar a nuestras hijas?.


Por un mundo de equidad con justicia


Fundación Caftánrojo AC
Verónica Rodríguez Cecilio y Ramón Acevo

martes, 1 de diciembre de 2009

VIH, la Necesidad de un Nuevo Lenguaje Social

En México en este momento entre el 0.5 y el 1% de la población comprendida entre 15 y 49 años vive con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, una cifra que podemos considerar baja si la comparamos con Botswana, Zimbabwe o Swazilandia donde la cifra está entre el 30 y el 50%, en esos países la palabra futuro ha perdido sentido para gran parte de sus habitantes.

El manejo estadístico resulta complicado la mayoría de las veces, aplicar un dato a la ligera nos lleva a pensar que una persona de cada 100 o 200 del rango de edad señalado está infectada, en México, pero quién es esa persona, dónde está, este dato es importante no para que todos tengamos que saberlo sino para que quienes tienen que brindarle atención puedan actuar oportunamente, es de vital importancia precisar grupos de riesgo, lo cual, si bien no omite casos aislados, permite establecer estrategias de acción.

En este momento, de acuerdo con datos vertidos en el Congreso Nacional sobre VIH-SIDA que se desarrolla desde hace dos días en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 62 de cada 100 infectados son hombres que tienen sexo con otros hombres, HSH en los códigos políticamente correctos, sin embargo el sector que tiene un mayor incremento en la última década es el de mujeres heterosexuales que, en apariencia al menos, tienen una pareja estable.

En la guerra de cifras algo que llama nuestra atención es la correlación con datos de la Organización Mundial de la Salud que indican que de cada 10 mil expuestos a una fuente infectada 9 mil lo fueron a una transfusión de sangre, 2 mil quinientos durante el parto, 67 por uso de drogas inyectables, 50 por coito anal receptivo, 30 por agujas de laboratorio (al hacerse análisis de sangre), 10 por coito vaginal receptivo, 6.5 por coito anal insertivo, 5 por coito vaginal insertivo, uno por felación receptiva y medio punto por felación insertiva.

Eso significa que muchos HSH no se contagiaron por relaciones sexuales sino por transfusiones, aunque claro, siempre podemos suponer que el asunto de las transfusiones no ocurrió en México sino en África.

Deducimos de esto que es más peligroso hacerse una transfusión que tener sexo y que es bastante más peligroso ser penetrado que penetrar, sin embargo cualquier día puede uno descubrir que aunque las estadísticas marcan que hay una posibilidad entre 20 mil de infectarse por una chupada, esa posibilidad se da, ser uno entre veinte mil no es ningún orgullo en este caso.

Las estadísticas no nos pueden decir cómo empezó todo, pero si que tanto ha avanzado y de que manera, lo siguiente es encontrar respuestas para las preguntas inevitables, curiosamente dos de ellas tienen respuestas similares: ¿Cómo hacer para no adquirir el virus? y ¿Qué hacer si ya lo adquirí?: 1) mantener una alimentación saludable, libre de grasas y con la menor cantidad de proteína animal (o nada si es posible), 2) utilizar preservativos siempre en todo tipo de relaciones sexuales, 3) no utilizar drogas de ningún tipo, menos aún si son inyectables, 4) exigir el uso de agujas desechables en transfusiones y análisis de sangre, 5) ingerir alcohol de forma moderada (nunca emborracharse), 6) no fumar, 7) hacerse la prueba de detección si se considera que hubo prácticas de riesgo o si se planea un embarazo, 8) renunciar al lenguaje doble o engañoso, la sinceridad es vital.

Aquí pareciera que vamos a irnos por un camino escabroso y que nada tiene que ver con el tema que propusimos, pero no se pongan nerviosos, es una simple acotación.

Últimamente ocurren cosas extrañas, aparecen nuevos virus que nadie sabe a ciencia cierta de dónde salieron, hay opiniones encontradas, debates acalorados, conclusiones confusas, pero siempre, casualmente, hay un laboratorio que ya nos tiene listo el remedio, algo insólito, durante décadas la gente esperó por una solución para la polio, ahora más tarda en aparecer un virus que en que nos vendan la vacuna.

Estas casualidades están confrontando a científicos de todo el mundo, en el caso del tema que hoy nos ocupa la versión oficial nos dice que el VIH provoca el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y otros investigadores, entre ellos los premios Nobel de química Walter Gilbert y Kary Mullis, dicen que no existe ninguna relación entre VIH y SIDA. Al respecto Gilbert comentó: "La comunidad en su conjunto no escucha pacientemente a los críticos que adoptan puntos de vista alternativos. Aunque la gran lección de la historia es que el conocimiento se desarrolla a través del conflicto entre puntos de vista".

Esto lo mencionamos no con el afán de generar polémica, por curioso que pudiera parecer en el fondo de esas opiniones encontradas hay afinidades importantes. Es cierto que muchas personas que adquirieron el VIH finalmente murieron por enfermedades derivadas del SIDA, pero también lo es que han muerto de enfermedades derivadas del SIDA personas que no tenían previamente VIH, en este punto recordemos que el SIDA no produce la muerte directamente, ocurre que al debilitar el sistema inmunológico provoca que el organismo pierda su capacidad de respuesta ante otras enfermedades virales.

Otro dato significativo es que al principio se pensaba que después de diez años todos los portadores de VIH derivarían hacía el SIDA, no fue cierto, hay personas que llevan casi veinte años con VIH y no han desarrollado el SIDA.

Las personas que desarrollaron el SIDA y murieron tenían antecedentes de alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, diabetes, sobrepeso o serios problemas nutricionales.

Las personas que a pesar de vivir con VIH no han desarrollado SIDA no tienen antecedentes de alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, diabetes, sobrepeso o problemas nutricionales.

Otro dato que pareciera no venir al caso, pero es sumamente interesante, las personas que están muriendo víctimas del virus A H1N1 tenían antecedentes de alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, diabetes, sobrepeso o problemas nutricionales, las personas que han sido atacadas por el virus y no tenían esos antecedentes mejoraron en un par de días, muchos de ellos sin tomar nada más que paracetamol, algo que se consigue en la farmacia de la esquina.

Esto puede significar que los grandes males de la humanidad en el siglo XXI no son los nuevos virus, independientemente de cual sea su origen, sino el hambre y nuestros malos hábitos, el beber agua pura y alimentarse sanamente puede parecer el colmo de la simpleza, sin embargo puede significar el principio de la solución.

Por supuesto alguien que viva con VIH debe además someterse a un protocolo clínico, pero el protocolo solo no los va a salvar, muchos de quienes han muerto lo seguían al pie de la letra.

Esto, evidentemente, no elimina el problema de los virus en si mismos, es muy importante no adquirir el VIH, algo también simple en apariencia, en los casos de contacto sexual el uso del condón o de productos derivados del mismo elimina los riesgos por completo si se utilizan adecuadamente, la utilización de jeringas desechables elimina los riesgos en transfusiones e inyecciones subcutáneas, los análisis permiten saber si existen o no riesgos en embarazos programados, en el caso de los adictos a drogas inyectables no parece que haya mucho que hacer, cómo pedirle a alguien que no tiene ningún control sobre sí mismo que no comparta jeringas o que no reutilice agujas, ni siquiera el dotarlos de jeringas gratuitamente es una garantía, la drogadicción es un callejón sin salida, el SIDA, la sobredosis o la muerte por violencia son una constante para los adictos.

La cuestión es que las opciones de prevención y aún el caso de las adicciones se topan con una barrera grave, el lenguaje convencional, el apego a normas arcaicas de comunicación que resultan obsoletas ante la problemática actual.

Citemos algunos ejemplos.

Caso 1, Antonio, el marido regresa a su pequeña comunidad rural después de varios meses de trabajar en Estados Unidos, como la abstinencia no es lo suyo tuvo algunas aventuras o algún día que de plano no se aguantaba pagó por servicios sexuales, sufrió contagio del VIH pero aún no lo sabe, en la efusión del reencuentro tiene relaciones sexuales con Concepción, su esposa, nadie esperaría que fuera de otra forma, pero no utiliza condón para evitar que ella piense que anduvo de canijo en el otro lado, contagia a su mujer. Pasadas las fiestas o cuando empieza la nueva temporada de cosecha Toño vuelve a emprender el viaje y Concha queda sola otra vez, ella tampoco se conforma con la abstinencia, para eso tiene a su compadre Justino que la consuela en su soledad, lo contagia, Justino tiene esposa, la contagia, la esposa del compadre es una mujer creyente y pasa mucho tiempo en la Iglesia, contagia al párroco… cuando nos damos cuenta medio pueblo ha adquirido el VIH, sin saber cómo hasta el monaguillo está contagiado y todo porque un señor no quería que su esposa pensara que había tenido contacto con otras mujeres, ni ella quería que el supiera de la existencia de otro hombre.

Caso 2, Ernesto y Carlos, quienes fueron pareja, se reencuentran después de un tiempo, ambos tienen VIH pero ninguno de los dos sabe a ciencia cierta cómo fue el contagio, a los dos les da pena confesarle al otro lo que les pasa, tienen un nuevo encuentro sexual y no utilizan condón, en su interior ambos se reprochan por no haberle dicho nada al otro pero se consuelan pensando que no en todas las relaciones hay contagio; cuando van nuevamente al chequeo médico descubren que ahora en su organismo hay dos cepas diferentes del virus, el tratamiento será doblemente complicado.

Caso 3, Evangelina y María tienen sexo oral, no utilizan el campo de látex, una de ellas sabe que tiene VIH pero no se lo dice a la otra porque sabe que si en una relación pene-boca la posibilidad de contagio es de uno en 20 mil, estima que en una relación boca-vagina la posibilidad se reduce a uno en 50 mil; meses después su compañera descubre que en la ruleta rusa de la vida le tocó ser una entre 50 mil posibilidades de que no ocurriera nada.

Caso 4, Lidia tiene un novio de aspecto varonil, Jorge, con el que tiene relaciones sexuales, en realidad él es bisexual y le gusta tanto estar con Lidia como con Ricardo, su instructor de pesas, con ninguno de los dos utiliza condón para que no sospechen de su doble juego; al final ninguno de los tres sabe quién contagió a los otros dos.

Caso 5, Ingrid es trabajadora sexual, la situación está mal, hay pocos clientes, apenas saca para la comida de su niño y no ha ido a revisión médica en varios meses, se ha estado sintiendo rara pero su “protector” no acepta razones, le dice que no pierda el tiempo en nimiedades, que con la crisis hay que talonear el doble, la aborda un cliente que promete pagar el doble si acepta hacerlo sin preservativo, porque a él le gusta sentir el contacto piel con piel, teme que la vaya a infectar pero al final decide que de algo se tiene que morir uno; quien tenía VIH era ella, el campeón de los contactos plenos es el nuevo miembro del club.

Así podríamos seguir durante días, aunque después de unos veinte casos empezaríamos a creer que tenemos deja vú, la mayor parte de los contagios se deben a que seguimos anclados en la simulación social, en el lenguaje de los roles sociales y no en el de los seres humanos con problemas y defectos.

Las relaciones entre personas no las vemos como el encuentro de seres libres sino como ataduras que nos imponemos, son parte de los mecanismos de evasión que menciona Erich Fromm en “El miedo a la libertad”, vivimos bajo un patrón de conducta que nos marca que una relación debe ser monógama, heterosexual e indisoluble, sin embargo en cuanto rascamos un poco en la superficie nos damos cuenta que ni siquiera quienes velan por la aplicación de la regla pueden observarla, y aún cuando esa posibilidad existe, es sólo eso, una posibilidad entre muchas, el problema radica en que nadie se atreve a plantear otras opciones desde el principio.

La sociedad mixteca de la costa de Oaxaca establece una clara diferencia entre amor y sexualidad, asignándole a está última el carácter de necesidad fisiológica, por lo que la fidelidad entre una pareja se refiere exclusivamente al terreno afectivo pero no al corporal. Entre los yanomami de la cuenca del río Amazonas la pareja no existe, hombres y mujeres viven separados, las aldeas tienen cuatro grandes áreas, la casa de las mujeres, la casa de los hombres, la casa de los niños y el comedor comunitario, los encuentros sexuales no implican constituir una pareja, los hijos lo son de toda la comunidad.

En Juchitán, en el istmo de Tehuantepec, la sociedad es matriarcal, es ella la que elige marido, la bisexualidad de cualquiera de los miembros de la pareja no es un agravante en la relación y tener un hijo homosexual, muxe, es un orgullo para la madre.

Estos son ejemplos de sociedades diferentes a la dominante, pero aún dentro de nuestra estructura social, detrás de las apariencias, existen acuerdos de pareja e incluso acuerdos que contemplan la participación de tres o más componentes, cuando las situaciones se dan con el pleno consentimiento de las partes y son parte de un proceso de comunicación abierto, son mayores las posibilidades de mantener una vida saludable.

La lucha contra el VIH debe darse desde varios frentes, el leguaje es uno de ellos, el establecer reglas claras entre los miembros de una relación, vivir de acuerdo con ellas o informar de inmediato cuando ha ocurrido algo que pueda afectar al otro, otra o a los demás es la base.

La diversidad ha existido en nuestra geografía desde siempre, aquí conviven diferentes pueblos, diferentes visiones culturales, diferentes visiones de la sexualidad, es inútil pretender que un esquema sea válido para todos, sin embargo la modificación del lenguaje no puede darse por decreto, en la medida que cada cual acepte su responsabilidad para con los demás la palabra recobrará su carácter y permitirá que nos comuniquemos sin máscaras.

Esto tenemos que empezar a hacerlo todos, cada uno en su propio ámbito, estamos obligados a perder el miedo al que dirán y actuar con sinceridad, de lo contrario no hay campaña oficial que valga.


Ponencia presentada en el acto de conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el SIDA, en el penal de Pacho Viejo, Veracruz, el 1º de diciembre del 2009

domingo, 22 de noviembre de 2009

El delito de ser mujer, veracruzana y pobre

Como pájaros ciegos, prisioneros,
como temblantes alas detenidas
o cánticos sujetos,
suben amargamente
hasta la luz aguda de los ojos
y el desgarrado gesto de la boca,
los latidos febriles de la sangre,
petrificada ya, e irrevocable:
No pasarán.

Octavio Paz/1936

Las iniciativas de ley aprobadas por la LXI Legislatura del Estado de Veracruz el martes 17 de noviembre del 2009, mediante las cuales se “protege” la vida humana desde el momento de la concepción y se establece la penalización de 75 salarios mínimos (más la obligación de someterse a tratamiento psicológico) a las mujeres que interrumpan el embarazo por primera vez y pena de cárcel para las reincidentes, es el ejemplo más dramático de la discriminación de género en los últimos tiempos, a partir de que la ley sea ratificada por el ejecutivo estatal y se publique en la gaceta oficial, será delito ser mujer, ser veracruzana y ser pobre.

En todo el texto de las citadas iniciativas no aparecen ni siquiera mencionados los hombres, sin cuya participación es imposible lograr un embarazo, ya sea como participantes en un encuentro corporal o como simples donantes de esperma, tenemos entonces la primera causal del crimen: ser mujer.

El delito por aborto o interrupción del embarazo se circunscribe a la geografía del estado de Veracruz y de otros estados gobernados por la ultraderecha, sea del Partido Acción Nacional o del Partido Revolucionario Institucional; en la Ciudad de México y en la mayoría de los países desarrollados del planeta la práctica del aborto es legal, lo que significa que la trasgresión no es interrumpir el embarazo sino realizar esa acción en el territorio de Veracruz, esta es la segunda causal: ser veracruzana.

Las mujeres que estén embarazadas, no deseen llevar a término la gestación y cuenten con un mínimo de mil quinientos pesos, pueden abordar un autobús rumbo a la Ciudad de México, acudir a una clínica del Sistema de Salud del Gobierno del Distrito Federal, cubrir una cuota de acuerdo con sus posibilidades económicas e interrumpir el embarazo no deseado en condiciones higiénicas que no pongan en riesgo su vida y con pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos. Quienes dispongan de mayores recursos pueden viajar a La Habana, Los Ángeles, Miami, Londres, Madrid, Barcelona, Paris, Berlín e incluso a Roma, la ciudad donde vive el Papa, en Italia el aborto es legal desde 1977; el problema es para las mujeres que cuentan apenas con lo suficiente para comer, viajar no entra en sus posibilidades, lo que significa que la tercera causal delictiva, quizá la más relevante, es: ser pobre.

Veracruz, de confirmarse esta aberración jurídica y científica, será el estado diecisiete de México en aprobar en tiempo record la mal llamada ley de protección a la vida, la primera pregunta es por qué está ocurriendo esto repentinamente y la segunda es qué hay detrás de todo, cuáles son los móviles políticos, religiosos y económicos que se esconden tras esta escalada de agresiones al derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

El motivo aparente es lograr que al ser aprobada la ley en la mayoría de los estados de la República sea viable modificar los artículos 1º y 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y entonces la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México se vea obligada a dar marcha atrás en la despenalización de la interrupción del embarazo, lo cual, de lograrse antes del 2012, dejará a los partidos de izquierda completamente descolocados para la contienda presidencial.

Jurídicamente es muy difícil que lo logren, aún cuando consigan el respaldo de las dos terceras partes de los estados y un peso demográfico mayoritario, olvidan una cuestión primordial, la Ciudad de México no es un estado sino el Distrito Federal, es decir, el espacio de todos los mexicanos, por eso su Código Penal tiene prevalencia en cuestiones judiciales en todo el país y una ley aprobada en su Asamblea Legislativa no representa la de un estado más sino la de la Capital de la República. Es necesario además tomar en cuenta que la despenalización de la interrupción del embarazo en la Ciudad de México fue aprobada en abril del 2007 y su constitucionalidad fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en agosto del 2008, por lo que cualquier intento de derogación enfrentará recursos legales que tomarán mucho más de los treinta meses de que disponen los partidos ultraconservadores, PAN y PRI, antes de las siguientes elecciones federales.

Por otra parte están los recursos jurídicos y las controversias que los diputados locales deberán afrontar en sus respectivos estados frente a sus ciudadanos y organizaciones no gubernamentales toda vez que están actuando de espaldas a sus representados, en ninguno de los casos se han realizado consultas ciudadanas en tiempo y forma para respaldar las modificaciones o propuestas realizadas, ninguno de los diputados que ha votado a favor de estas modificaciones manifestó en campaña sus verdaderas intenciones respecto a la supresión de los derechos de las mujeres, lo cual implica un engaño sistemático a los electores, además de que al estar siguiendo un proceso a la inversa (en lugar de modificar primero la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y posteriormente la de cada entidad federativa, el proceso se está realizando desde los estados hacia la federación, lo cual es posible pero arriesgado) en este momento en dieciséis estados están aprobadas leyes inconstitucionales, por lo que su aplicación puede ser apelada y rechazada en cada caso que se presente.

Lo más triste de la situación es ver en que ha venido a acabar el PRI, el partido en el que militaron destacados socialistas como los presidentes Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas del Río y los gobernadores Sixto Adalberto Tejeda Olivares, Tomás Garrido Canabal y Felipe Carrillo Puerto. Es sentir popular que la Revolución Mexicana murió el 19 de octubre de 1970, fecha en que falleció el general Lázaro Cárdenas del Río, garante durante décadas de los logros sociales de la lucha armada, a partir de su deceso empezó la debacle nacional, sin embargo aún Ernesto Zedillo, último presidente priísta y férreo defensor del neoliberalismo, supo mantener una distancia prudente de la Iglesia Católica, en apego a los principios republicanos heredados del liberalismo mexicano del siglo XIX.

El presidente Benito Juárez y los congresistas de 1857 tuvieron el valor de enfrentar a una jerarquía católica poderosa, que tenía un control dominante sobre una población mayoritariamente analfabeta, se enfrentaron a grandes intereses de grupos de poder nacionales e internacionales y a pesar de eso lograron la cabal aplicación de las Leyes de Reforma y establecieron el principio de separación de Estado e Iglesia.

En la tercera década del siglo pasado el gobierno emanado de la Revolución Mexicana confrontó y acotó al poder religioso que nuevamente se había desbordado a la sombra del porfirismo, y hoy, frente a una Iglesia Católica cuestionada, minada por las perversiones de sus propios integrantes y debilitada económicamente (varios arzobispados en Estados Unidos han tenido que declararse en quiebra ante la imposibilidad de pagar las indemnizaciones derivadas de los abusos sexuales de sus sacerdotes y monjas), los gobernadores del PRI doblan las manos ante la expresión más reaccionaria del catolicismo, como supuesta estrategia de captación de votos de sus fieles, es indigno.

Resulta evidente que la pretensión subyacente es establecer un bipartidismo que deje como únicas opciones de elección el fascismo panista y el radicalismo priísta, borrando del mapa a las opciones de izquierda, en esa lucha torva y desigual los supremos intereses de la nación y el bienestar del pueblo no están considerados, el poder por el poder mismo es el único interés, la riqueza del país vuelve a convertirse en botín de sujetos anclados en la inmediatez y el derroche.

En esa mascarada los argumentos esgrimidos por los congresistas estatales son un pretexto insostenible, la protección a la vida desde el momento de la concepción es un argumento sin sustento legal, teológico o científico.

En Questiones ex Viteri Testamentum, San Agustín, uno de los padres del cristianismo, escribió: “La gran pregunta sobre el alma no se decide apresuradamente con juicios no discutidos y opiniones temerarias: según la ley, el acto del aborto no se considera homicidio, porque aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que carece de sensación, ya que todavía no se ha formado la carne y no está dotada de sentidos”; con esta opinión coincidió San Jerónimo, otro de los teólogos católicos fundamentales y primer traductor de La Biblia, ambos basaron sus consideraciones en la filosofía aristotélica.

La prohibición formal del aborto en la Iglesia Católica es relativamente reciente, en 1930 el Papa Pío XI enuncia el hecho sin plasmarlo categóricamente, igual hicieron Pío XII y Juan XXIII, es hasta el Concilio Vaticano II, bajo Paulo VI, que se establece una condena formal; la amenaza de excomunión para quienes incurren en el aborto y quienes colaboren en el mismo es aún posterior, aparece en la encíclica Evangelium Vital, de Juan Pablo II, evidencia de que no estamos ante un planteamiento de origen sino ante una adición que llega después de dieciséis siglos de existencia formal de la institución. Parece ser una medida de control tardía destinada a restringir la relajación de las costumbres de sus cada vez menos numerosos adeptos.

Por lo que a la ciencia corresponde en marzo del 2007 el Colegio de Bioética publicó un desplegado dirigido a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal rubricado por los doctores Rubén Lisker, Ruy Pérez Tamayo, Patricia Grether González, Paulina Rivero Weber, Arnoldo Kraus, Ricardo Tapia, Antonio Cabral, Laura Vargas Parada, entre otros, donde declaran:

“1. En un Estado laico como México no se puede permitir que las creencias o ideologías religiosas influyan sobre las leyes que van a regir tanto a creyentes como a no creyentes. Es desde esta perspectiva laica que expresamos nuestra opinión con argumentos bioéticos y científicos.

2. Los conocimientos científicos sobre el genoma, la fertilización, el desarrollo del embrión humano y la fisiología del embarazo indican que el embrión de 12 semanas NO es un individuo biológico ni mucho menos una persona, porque:

a) Carece de vida independiente, ya que es totalmente inviable fuera del útero.

b) Si bien posee el genoma humano completo, considerar que por esto el embrión de 12 semanas es persona obligaría a aceptar como persona a cualquier célula u órgano del organismo adulto, que también tienen el genoma completo. La extirpación de un órgano equivaldría entonces a matar a miles de millones de personas.

c) A las 12 semanas el desarrollo del cerebro está apenas en sus etapas iniciales y no se ha desarrollado la corteza cerebral ni se han establecido las conexiones nerviosas hacia esa región que son indispensables para que puedan existir las sensaciones.

d) Por lo anterior, el embrión de 12 semanas no es capaz de experimentar dolor ni ninguna otra percepción sensorial, y mucho menos de sufrir o de gozar.

3. La penalización del aborto atenta contra los siguientes derechos de la mujer:

a) A decidir sobre su propio cuerpo, es decir, violenta su derecho a la autonomía;

b) A decidir y realizar su propio plan de vida, es decir, violenta su derecho a la libertad;

c) Al cuidado y preservación de su salud e integridad física y mental, pues los abortos clandestinos y en condiciones insalubres generan graves daños a la salud, lo que violenta su derecho a la dignidad;

d) A la equidad de oportunidades, ya que la mayoría de las mujeres no puede pagar los abortos ilegales caros y bien practicados, por lo que es un factor de discriminación y violenta su derecho a la igualdad.

4. La penalización del aborto afecta a todas las personas, tanto a aquellas que lo consideran un crimen como a quienes no comparten esa idea. En cambio, la despenalización del aborto NO OBLIGA a realizarlo a quienes están en su contra, sino que simplemente permite una alternativa a las mujeres que consideran que la continuación del embarazo resultaría en un mal mayor que el aborto.”

No hay nada que agregar a lo establecido por estos destacados científicos y médicos mexicanos, pretender que hay vida humana desde el momento de la concepción es un absurdo, para precisar, nos referimos a la definición de concepción como impregnación o fecundación, la fusión de dos células sexuales o gametos en el curso de la reproducción sexual; el nivel de ignorancia supina exhibido por los diputados de los diecisiete estados que han aprobado esta ley es insultante y alarmante, sabido es que hay diputados, incluso en el Congreso de la Unión, que difícilmente concluyeron la educación básica y que su experiencia está en los ámbitos de la comercialización de cubetas de plástico y ollas de peltre, el problema radica en entender por qué están ahí, cada legislador le cuesta al pueblo de México millones de pesos al año en sueldos, prestaciones, viáticos, personal, seguridad, instalaciones, vehículos, teléfonos móviles y un largo etcétera, deberían servir para algo más que alzar la mano cuando se los ordenan.

México es un país diverso en su conformación étnica, cultural y religiosa, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación en este momento hay más de siete mil religiones registradas, la católica sigue siendo mayoría pero un gran porcentaje de sus feligreses mantienen un nivel de observancia puramente social, es decir, se acercan a ella únicamente para ciertos sacramentos como el bautismo, las bodas o los funerales por el apego tradicional a las ceremonias, además el sincretismo existente en las poblaciones indígenas y mestizas rurales significa formas de vivir la fe distintas a las marcadas por el culto central, otra gran escisión interna es la Iglesia de los Pobres emanada de la Teología de la Liberación, una forma de concebir la práctica religiosa diametralmente opuesta a la de la jerarquía, además el ateismo y el agnosticismo cobran cada día más adeptos. Dentro de la misma Iglesia Católica el apego al concepto de la existencia del ser desde la concepción no esta generalizado, en realidad esa apreciación corresponde más al hinduismo, al budismo y a otras religiones que creen en la reencarnación, sin embargo en el budismo e hinduismo aplican plazos y consideraciones que permiten la práctica del aborto, inclusive entre los budistas japoneses existe la Mizuko kuyo, ceremonia de reparación emocional para las mujeres que han decidido abortar, esto es, lejos de condenarlas se les apoya.

Entre algunos de los pueblos indígenas de Mesoamérica las practicas abortivas se remontan a más de mil quinientos años, en las estelas zapotecas de Monte Albán se encuentran representaciones de vaporizaciones vaginales con ese fin.

Evidentemente están tratando de aplicar a la totalidad de la población el criterio de un segmento de un grupo religioso, lo cual violenta los derechos ciudadanos, es un acto de discriminación tácita y una traición a los principios republicanos.

Otro aspecto a considerar es la realidad en cifras, para este año el número de abortos inducidos en el mundo de acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud supera los veinte millones, el 62% está ocurriendo en alguno de los 55 países donde está permitido, otro 25% sucede en lugares como Veracruz, donde esta prohibido, la diferencia radica en que quienes lo realizan bajo protección legal y en condiciones higiénicas adecuadas afrontan un riesgo de .01 por cada diez mil, mientras que donde la legislación es adversa el riesgo se incrementa de forma impresionante, en casi todo México el riesgo de muerte para las mujeres que son obligadas por el sistema a practicarse abortos clandestinos es de 3.30 por cada diez mil.

Lo deseable es que no haya necesidad de llegar al aborto, pero aún en países donde la información sobre salud sexual y reproductiva forma parte integral de los programas educativos no se ha logrado la erradicación total, siempre pueden ocurrir descuidos o accidentes (como la rotura de un condón), además cómo aplicar programas de prevención cuando no se tiene siquiera la capacidad de brindar educación básica y servicios esenciales, conforme a cifras del INEGI, de cada 100 veracruzanos mayores de quince años 13 son analfabetas y 20 no terminaron la primaria, Veracruz sigue siendo el estado con mayor número de embarazos en adolescentes y de acuerdo con datos del Grupo Multisectorial de Lucha contra el Sida publicados por la agencia Anodis de noticias sobre diversidad sexual, Veracruz tiene el primer lugar en casos de muerte por enfermedades producidas por el Sida y existen en este momento más de 50 mil personas infectadas en el estado, una realidad que refleja el fracaso de los onerosos programas oficiales y las consecuencias del desprecio gubernamental hacía el trabajo de las organizaciones civiles, a las que han bloqueado y dejado sin apoyos, ante esa evidencia resulta suicida penalizar la interrupción del embarazo.

En un ejercicio de búsqueda de justicia y visión de futuro estamos obligados a exigir que se atiendan los reclamos ciudadanos, es compromiso de todas y todos manifestarle cuál es el sentir popular al respecto, que se inicie una discusión amplia con TODOS los sectores de la sociedad para alcanzar acuerdos que garanticen el derecho pleno de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

Cordialmente

FUNDACIÓN CAFTÁNROJO AC

Verónica Rodríguez Cecilio y Ramón Acevo

jueves, 12 de noviembre de 2009

Un largo camino de pocos logros

Desde que la humanidad decidió registrar los acontecimientos que ocurrían en su entorno el hombre como género se apropió de la tarea de documentar los eventos que según su criterio deberían ser recordados por las siguientes generaciones, y aunque la vida de las mujeres transcurría en el ámbito de lo privado no por eso era menos fecunda, sin embargo pocos se tomaron el tiempo de dejar por escrito lo que acontecía a ellas dentro de sus hogares, fuera de la crianza de los hijos, ya que la actuación de los hijos varones en la vida pública daba cuenta del éxito o fracaso en la conducción del hogar. La consecuencia es el desconocimiento de muchas actividades en que las mujeres desarrollaron sus habilidades o capacidades durante siglos; la gran mayoría ni siquiera se atrevía a pensar que además de las labores domésticas y del cuidado de los hijos cupiera la posibilidad de realizar alguna otra actividad, ya que todo su tiempo se consumía en ello, tampoco había lugar para cuestionarse sobre la cantidad de hijos, menos aun de si una mujer deseaba o no tener descendencia; la mujer por su capacidad biológica de engendrar debía de hacerlo, su función de preservar la especie no era puesta en duda por los hombres y generalmente, ni por las propias mujeres.
La vida “privada” de las mujeres fue y sigue siendo fecunda pero desconocida.
Los griegos, pese a su avanzado pensamiento democrático e igualitario, mantenían un régimen esclavista, hombres propiedad de otros para la realización de las labores del campo, primordialmente; la situación de las mujeres no era muy distinta, mujeres propiedad de los hombres para realizar las labores del hogar, para servir en el lecho conyugal, para cuidar de los muchos hijos y del esposo sin cuestionar jamás sus decisiones y su autoridad, usadas con el único objetivo de preservar la especie. En
La República Platón plantea la construcción de un régimen democrático ideal, en el que no tienen cabida las mujeres ya que son seres imperfectos cuyo único aporte a la sociedad es engendrar a los hijos de las nuevas generaciones, incluso su rol se ve disminuido al asignarles un papel secundario en la crianza, pasan a ser simples auxiliares en un proceso que queda en manos del estado, bajo la dirección masculina por supuesto. Una excepción fue la obra de Aristófanes, que en Lisistrata y en La Asamblea de las Mujeres critica la organización política y la economía de guerra de su tiempo a través de la voz de las mujeres, quienes obligan a los hombres a escucharlas mediante una huelga sexual, un gobierno donde su labor sea tomada en cuenta y que reproduzca la organización de los hogares son las propuestas para una vida en paz, la validez de estos planteamientos, a 24 siglos de distancia, fue evidente en el Lisistrata Project que se realizó en marzo del 2003 en 42 países como una manifestación femenina por la paz mundial.
Al correr de los siglos las condiciones de las mujeres mostraban alguna apertura o ninguna, de conformidad con los cambios de las sociedades y de los acontecimientos históricos, guerras, sequías, hambre, epidemias, enfermedades, territorios conquistados y pueblos subyugados. En algunas épocas se daban las condiciones para una mayor libertad en la vida pública de las mujeres y en el periodo siguiente se retrocedía aún más de lo que se había avanzado; a lo largo de la sangrienta historia de la humanidad las mujeres han servido como botín de guerra y como un medio de sojuzgar, someter y ofender al pueblo conquistado.

A partir de la revolución industrial empieza a ser notorio el trabajo de las mujeres, ya que a partir de este fenómeno económico-social se vieron obligadas a participar activamente de la vida pública en tanto que fue necesario llevar a casa, a la familia, el sustento diario, ante la creciente ausencia masculina por emigración, guerras o factores de recomposición social; la cada vez mayor demanda de servicios por parte de todos los sectores productivos requería más mano de obra y, entonces como ahora, la mano de obra femenina es más barata que la mano de obra masculina, aunque ésta no esté calificada. Es así como las mujeres conocen un ámbito que hasta entonces les había sido vedado: el trabajo fuera de casa, la relación con otras personas fuera del ámbito familiar, lejos de la “protección” del padre o del marido, lejos también de los hijos; conocen además la remuneración económica que obtienen mediante su trabajo y que les permite adquirir directamente los bienes necesarios para su bienestar y el de los suyos, sin necesidad de aprobación ni de la participación de un hombre y sin que la sociedad tuviera tiempo de cuestionar esta necesaria irrupción en la vida pública. Al priorizar las necesidades de producción la emancipación femenina fue una “consecuencia inevitable”, el paso se había dado y retroceder no se consideró como una opción para las que pudieron elegir.
Es en esa época en la que aparece el primer manifiesto por la igualdad femenina, en 1792 se publica la
Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary Wollstoncraft, en el mismo país donde había surgido la revolución industrial; el documento considera que las mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que tan sólo puede parecerlo debido a que no han tenido acceso a la educación apropiada, por lo tanto tampoco es natural que se encuentren subordinadas a sus maridos; hombres y mujeres deben ser tratados como seres racionales. Este tratado tuvo muy poco interés por parte de los pensadores de la época, la mayoría hombres y no encontró mayor eco en las mujeres, debido esencialmente a la poca educación de la mayoría y a las dificultades para acceder a la información desde sus casas o desde sus precarios puestos laborales. Sin embargo la semilla estaba sembrada, este importante tratado es el antecedente directo de los movimientos feministas.
Durante todo el siglo XIX diversos grupos de mujeres trabajaron en todo el mundo para lograr el reconocimiento de sus derechos civiles y políticos mediante el sufragio, pero fue hasta la primera mitad del siglo XX que la mayoría de los países del orbe deciden dar cauce legal a la demanda que se incrementaba día a día; el esfuerzo de miles de sufragistas, y de los pocos hombres que las apoyaron, fue el primer paso hacía el reconocimiento de la igualdad de derechos de hombres y mujeres ante la ley en México y en el mundo. Es hasta 1953 cuando se consigue en nuestro país el derecho de las mujeres a votar; para decidir sobre quien encabezará la defensa de sus derechos y la cobertura de sus necesidades se establece también el derecho a ser votadas, a ser elegidas como voceras de las necesidades de quienes las han elegido.
Una vez reconocido legalmente el derecho a ejercer el voto por parte de las mujeres, la difusión a lo largo y ancho del territorio nacional fue lenta, en las grandes ciudades esta legislación fue conocida y ejercida con mayor prontitud que en los territorios apartados, donde a la dificultad de divulgación es menester sumar la alta tasa de analfabetismo, particularmente en la comunidad femenina, y los usos y costumbres que establecían al hombre como vocero y representante de “su” mujer ante los asuntos de la vida publica, como el derecho al voto; el camino para que todas y cada una de las mexicanas comprenda este derecho ha sido lento y también lento su ejercicio.
Virginia Woolf, escritora británica, escribe en 1929 la novela
Una habitación propia, en la cual plantea una pregunta ante un gran vacío de publicaciones de mujeres, y desde su perspectiva de escritora, ¿Qué es lo que necesitan las mujeres para escribir buenas novelas?, la respuesta es: independencia económica y personal, es decir una habitación propia. Virginia fue el ejemplo, el espacio propio es necesario no sólo para escribir buenas novelas sino también para el desarrollo de cualquiera actividad que emprendamos las mujeres, es también una de las referencias obligadas en la lucha que mantenemos por la obtención del reconocimiento de nuestros derechos.
En la primera década del siglo XX nace una de las filósofas y feministas que con su obra han delineado la columna vertebral de la lucha por los derechos de las mujeres y del reconocimiento de la igualdad, Simone de Beauvoir, en todo su trabajo se palpa un constante cuestionamiento al estado de las cosas con respecto a la situación de las mujeres,
El segundo sexo es un ensayo que plantea que la condición femenina no está determinada por el hecho biológico de haber nacido mujer, es la construcción social y cultural la que determina la condición femenina, es decir la educación y la socialización es lo que va construyendo a las mujeres, Simone llega a la conclusión de que “no se nace mujer, se llega a serlo”.
A partir de los años treinta del siglo veinte las mujeres empiezan a obtener espacios de participación, una larga lucha que a pesar de la distancia apenas empieza. A partir de los cambios sociales de los años sesenta y setenta ha habido una apertura gradual para las mujeres que contaban con un respaldo académico, las mujeres afortunadas que por sus condiciones sociales y económicas tuvieron acceso a la educación superior, donde también se les vio como bichos raros por ser minoría, el “feminismo ilustrado” fue ocupando poco a poco puestos de mayor importancia en la vida pública, en el sistema político, en la iniciativa privada, en la ciencia, en el arte, en el desarrollo económico, siempre bajo las reglas y condiciones de un mundo organizado por y para lo hombres, pero este avance en la igualdad, que además se debía a esfuerzos individuales, comenzó a frenarse e incluso a entrar en franca regresión a partir del endurecimiento de la competencia dentro del mercado laboral como consecuencia directa de las políticas neoliberales iniciadas hace ya cuatro sexenios.
La aparición en el mercado comercial de la píldora anticonceptiva en los años sesenta otorgaba a las mujeres un relativo poder sobre decisiones que conciernen a su cuerpo y a su vida, a partir de entonces podemos plantearnos un proyecto de vida, que incluya hijos o no. Poco a poco también llegamos a la conclusión de que el tener hijos es una opción más y no la única manera de llegar a ser mujer, la discusión entonces se dio en torno a la posibilidad de decidir el tener o no tener hijos, en caso afirmativo cuántos hijos tener y qué periodo entre un hijo y otro, con el argumento de que era un asunto que se tenía que discutir en familia, nuevamente los hombres se apropiaron la toma de decisiones sobre el cuerpo de las mujeres.

En pleno siglo veintiuno basta echar un vistazo al conglomerado social para darnos cuenta de las distintas realidades que se viven en México, de las marcadas diferencias que hoy en día puede vivir una mujer, mientras las jóvenes estudiantes tienen acceso a información a través de la Internet en las ciudades, en las zonas rurales otras jóvenes de la misma edad tienen que caminar una o dos horas para llegar a la telesecundaria, cansadas de su trabajo en la casa y en el campo y en la mayoría de los casos mal alimentadas; una empleada de maquiladora que a duras penas pudo concluir la primaria tiene que luchar diariamente contra el acoso sexual por parte de sus jefes inmediatos, además de tener que salir a trabajar con todo el miedo de ser una más en la estadística de muertes de mujeres al llegar la noche, o vive con la frustración latente de no poder huir del “hogar” donde el machismo circundante la ahoga, basta hojear la sección policíaca de cualquier periódico para darse cuenta del incremento alarmante de violencia hacia las mujeres y las niñas dentro del ámbito doméstico.
Una sorpresa para todos y para todas fue la voz de las mujeres indígenas de Chiapas, quienes hace quince años, al inicio del levantamiento armado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional el 1º de enero de 1994, pusieron en todas las mesas de discusión del país sus condiciones de vida, en esa misma fecha publicaron en el órgano informativo del movimiento insurgente, “El despertador mexicano”, la primera
Ley Revolucionaria de las Mujeres Zapatistas, poniendo en palabras muy claras el racismo latente en el inconsciente colectivo de los mexicanos gestado desde la época de la colonia, las mujeres zapatistas ponen el dedo en la llaga al decir que en México ser indígena es ser un ciudadano de ínfima categoría, pero ser indígena y ser mujer es peor aún: “La verdad me costaba mucho, los hombres no entendían, aunque yo siempre les explicaba que es necesario luchar para que no todo el tiempo estemos muriendo de hambre. A los hombres no les convenía, según los hombres la mujer solo sirve de tener hijos y deben cuidarlos y mantener a los animales que están en la casa. Y también hay mujeres que eso ya lo tienen metido en la cabeza. Entonces yo no les gustaba, algunos hombres decían que eso no está bien, que las mujeres no tienen derecho de participar, que la mujer es una tonta. A veces algunas mujeres dicen -yo no sé nada-, -yo soy tonta…- Yo siempre enfrenté eso, les explicaba que no es cierto, que sí somos mujeres pero sí podemos hacer otros trabajos. Entonces así poco a poco entendieron los hombres y las mujeres también, por eso ahora están luchando las mujeres, por eso ustedes saben que aquí en nuestra lucha no nada más los hombres están luchando, sino que estamos luchando juntos. Nosotras tenemos que luchar más porque estamos triplemente despreciadas: como indígena, como mujer y como pobre. Pero las mujeres que no son indígenas también sufren, por eso las vamos a invitar a todas a que luchen para que ya no sigamos sufriendo” declaró la comandanta Esther a Guiomar Rovira Sancho en una extensa entrevista cuatro días antes de que se iniciara la Marcha del Color de la Tierra en febrero del 2001.
Irrumpen en los medios de comunicación las mujeres indígenas, las más despreciadas de los despreciados en este país y nos recuerdan que pese a los “logros alcanzados” por los movimientos feministas, nosotras las mujeres mestizas, criadas y educadas en las ciudades, también sufrimos discriminación, maltrato, violencia, explotación, dentro y fuera del hogar, que nuestras condiciones de vida no difieren mucho, salvo el hecho de que a ellas no les ha quedado ninguna otra opción que la de tomar las armas y defender su vida y sus derechos mediante el levantamiento armado y la resistencia. En ese contexto la lucha de las mujeres indígenas, organizadas, conscientes, solidarias, fue un llamado de alerta para todas las mujeres, ellas, las combatientes indígenas, hace catorce años hicieron una propuesta, tendieron una mano que sigue ahí... tendida.
Después de la sacudida que provocaron en nuestras conciencias no ha pasado nada, realmente nada, no hemos estado a la altura de la entrega que ellas han mostrado durante este tiempo, los
Acuerdos de San Andrés siguen esperando el respaldo social para su aprobación y los políticos siguen evitando el tema e ignorando a las mujeres zapatistas.
Estamos finalizando la primera década del siglo XXI y al hacer un recuento de los logros, con infinita tristeza vemos que la lista más larga es la de lo no alcanzado, no hemos logrado que se respete el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, no hemos logrado que se aclare o que se detenga la escalada de violencia hacia las mujeres en Ciudad Juárez, peor aun, este fenómeno se esta extendiendo a otras ciudades del país, no vemos mejora sustancial en las políticas públicas con respecto a la salud, educación, bienestar, para las mujeres y sus hijos, no hemos logrado mayores espacios en la vida política del país.
El asunto de la despenalización de la interrupción del embarazo que tantas cuartillas ha generado en los últimos meses, nos remite al origen de la discusión, independientemente de lo que cada una de las religiones establezca para sus seguidoras, tanto el estado como la iglesia consideran a la mujer un ser humano no apto para tomar decisiones sobre su propio cuerpo, como si este no le perteneciera, le pertenece entonces a los líderes religiosos que amenazan con el infierno y la condenación eterna, y a los legisladores y procuradores de justicia que amenazan con la privación de la libertad y de los derechos civiles de las mujeres que se atrevan a decidir interrumpir su propio embarazo, por la razón que una mujer considere, ya que diversidad de razones existe en tanto existe diversidad de mujeres y de condiciones de vida, una vez más la sociedad patriarcal intenta marginar y acallar las voces de las que se atreven a demandar políticas de salud dignas para las mujeres que, faltas de recursos económicos y herramientas académicas, tienen que tomar la decisión de practicarse una intervención que interrumpa un embarazo no deseado o no planeado y ponga su vida en riesgo al realizarlo en condiciones de insalubridad.
El Gobierno del Distrito Federal legalizó la despenalización de la interrupción del embarazo. Con esta medida se puso fin a una forma de discriminación en contra de las mujeres que viven en la capital del país, sobre todo en contra de las mujeres pobres. Corresponde a cada mujer decidir sobre su propio cuerpo, decidir si desea o no tener uno o más hijos. La aprobación de esta ley es un avance importante en la lucha por los derechos de las mujeres, la polémica continuará durante los próximos años, cada uno de los treinta y un estados de la república en el mediano plazo se verán confrontados ante la presión de las legisladoras (por supuesto no por las de los partidos conservadores) y de la sociedad civil, mientras la federación se inclina peligrosamente a una derecha extrema, con la cual será mucho más difícil el diálogo y la negociación ante su postura histórica de desprecio a las necesidades de las mujeres.
La instauración del 8 de marzo como el
Día Internacional de la Mujer o el 28 de septiembre como un día para recordar la lucha por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe o el 25 de noviembre como Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, nos da una idea de la situación de indefensión en la que se encuentra más de la mitad de la población mundial, precisamente la mitad que aun se encarga de la formación de las nuevas generaciones; por ello, resulta alarmante el incremento de violencia hacia las mujeres y las niñas.
La violencia que vivimos cotidianamente las mujeres es sistematizada, generalizada y aceptada por todo el conglomerado social, estaba desde antes que naciéramos y permanece con nosotras toda la vida, hasta que decidamos que ya no la queremos; algunas ni nos hemos dado cuenta que esto ocurre por que así es desde que tuvimos uso de razón, así vemos que es en la casa de enfrente, así lo narran los cuentos de hadas y princesas, así hemos permitido que se establezca. Nuevamente en el Distrito Federal se discutió y se aprobó, no sin oposición y descalificaciones, la
Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, garantizando mediante políticas públicas una vida digna y segura para las mujeres. Conociéndola, difundiéndola y sobre todo ejerciéndola, garantizaremos que no se convierta en letra muerta y que replicas o leyes similares sean aprobadas en todos los estados del país.
Los gobiernos hablan del gran esfuerzo que consideran estar realizando para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, sin embargo la marginación que sufren las mujeres en las zonas rurales y zonas conurbadas sigue siendo una constante. La burocracia que consume recursos estatales para la supuesta atención y resolución de estos problemas, se dedica a dar a conocer estudios, estadísticas y análisis, sin que estos lleguen a ser comprendidos cabalmente por la población a la que van dirigidas, los diagnósticos son necesarios como referencia para la búsqueda de soluciones, no como un fin en sí; la misma población en su diario transcurrir se da cuenta de la permanencia de los problemas y de que no existen posibilidades reales de una mejora trascendente en la vidas de las mujeres y las niñas, en la vida cotidiana de sus comunidades, en las condiciones de subsistencia que afrontan, los porcentajes de los logros que mencionan en los discursos no son percibidos en las calles. Falta de servicios sanitarios y de salud, de educación de calidad, de trabajo dignamente remunerado, de atención y apoyo a madres solteras, a madres trabajadoras, a jefas de familia que han tenido que asumir ese rol como resultado de la migración.
La tremenda desigualdad existente en los puestos de toma de decisiones reflejan la poca atención que se presta a los asuntos de las mujeres por parte de los legisladores y legisladoras. En el Congreso del Estado de Veracruz de 50 diputados locales, independientemente del partido por el cual han llegado a su curul, únicamente 10 son mujeres es decir el 20%; en el Honorable Congreso de la Unión las cosas no son muy diferentes de 500 diputados 115 son mujeres, aquí el porcentaje es de 23%; en el Senado de la República de 128 senadores 23 son mujeres, el porcentaje es de 18%. Las mujeres que por sus trabajos personales han llegado a ocupar un puesto público y aceptan tácitamente su incursión en un mundo organizado por los hombres, se ven obligadas a utilizar los mismos métodos de trabajo, aun para llevar al pleno del salón de sesiones una iniciativa de ley que incida en las políticas publicas dirigidas a las mujeres, y saben también que serán el blanco de ataques y de burlas de conservadores y reaccionarios (entre los cuales desgraciadamente también existe un buen número de mujeres), para los cuales estos temas no tienen mayor importancia; por otro lado las mujeres que en algún momento de nuestra vida hemos decidido otorgarle nuestro voto a otra mujer no tenemos ninguna garantía de que ésta, una vez asumido el cargo, tenga claridad de las necesidades de las mujeres en cada una de las realidades de nuestro país. Tras diez mil años de civilización documentada la agenda política la siguen dictando los varones.

La realidad rebasa nuestros deseos, nuestros sueños de equidad y de justicia se ven empañados ante los acontecimientos diarios.-
Mujeres que de acuerdo a la religión católica son feligreses de segunda o que de acuerdo con el Islam son propiedad de su padre y él y solo él, sin tomar en cuenta la opinión de la madre que la dio a luz, decide mutilar a sus hijas mediante la ablación con el único fin de negarles el derecho al placer y al goce de las relaciones sexuales, cortando, en la mayoría de las veces en malas condiciones sanitarias, desde labios menores, clítoris y labios mayores, dejando un abertura apenas suficiente para la salida de la orina y la sangre menstrual, en un acto de barbarie realizado en nombre de la “fe”. Después vivirán cubiertas desde el cabello hasta el tobillo, sin dejar vislumbrar su rostro y en algunos casos ni los ojos, únicamente pueden ser vistas por sus maridos, sus “dueños”, sin los cuales no pueden salir a la calle de paseo o de compras, eso es lo que Dios manda, según los ministros religiosos, hombres, por supuesto. También en el mundo del Islam hay sus excepciones, pero son las menos y el precio es muy alto, el estigma, la marginación y el señalamiento de la sociedad hacía las mujeres con ambiciones legítimas es una constante en los países musulmanes.
La iglesia católica como institución que vela por el bienestar de sus devotos tampoco ha sido de gran ayuda en la lucha por la equidad y el respeto a los derechos de las mujeres, la prohibición del uso de la píldora anticonceptiva como método de planificación familiar, del uso del condón ya sea femenino o masculino como método para evitar el contagio infecciones de transmisión sexual, su postura en torno a la interrupción del embarazo, su postura ante los derechos de homosexuales y lesbianas, ante la legitimación de las sociedades de convivencia, la protección que brinda la jerarquía religiosa a curas pederastas, entre muchas otras expresiones de autoritarismo irracional, nos da una clara idea de su desprecio por los fieles, especialmente por mujeres y niños. Existen grupos al interior que también disienten, un claro ejemplo de trabajo es
Católicas por el derecho a decidir, cuestionando y documentando la realidad de la comunidad católica en diversos países, reclamando sus derechos humanos y su derecho a vivir la fe con una visión de género.
Carlos Briceño, obispo auxiliar de la ciudad de México, en sus declaraciones de la última semana del 2007, evidenció una vez más la postura del la iglesia católica en temas como la interrupción del embarazo y la equidad de género, sobre la familia argumentó: “fundamentan la relación de pareja sólo en un momento de deseo, sin compromisos y sin estabilidad, matando de antemano la posibilidad de crear familias integradas y estables”. Sobre el poder económico dijo: “se levanta como un nuevo Herodes, destruyendo vidas inocentes, en algunos casos antes de nacer (sic), en otros no dando a los niños la posibilidad de desarrollarse; también afecta a los padres, pues les niega la posibilidad de obtener un empleo digno, teniendo que separarse de la familia y emigrar a grandes ciudades o al norte para poder sacar adelante a la familia”. Indicó que “Herodes se presenta en la mentalidad de muchas mujeres que desprecian o minusvaloran su papel de amas de casa y abandonan el cuidado de una familia en aras de una vida de más confort y de una realización personal al margen del esposo y los hijos”, cuánta labor de mujeres y hombres por la igualdad es despreciada por este señor que además no tiene experiencia alguna en cuestiones familiares, la mayoría de las mujeres que estos momentos trabajan fuera del hogar lo hacen a falta de otras opciones, con toda la culpa y el remordimiento que conlleva dejar a sus hijos, en el mejor de los casos, en una guardería o al cuidado de algún familiar, cuando no al cuidado de ellos mismos.
La creciente voracidad de los corporativos internacionales en su afán de conseguir más y más utilidades a costa de la explotación de los trabajadores, está rayando en la locura, una sociedad en la que el único valor y objetivo es el dinero, condiciona desde la más tierna infancia las necesidades y los gustos de las nuevas generaciones, las niñas de principios de este siglo sólo quieren artículos de princesas, vestidos, teléfonos celulares, adornos para el pelo, ropa interior, películas, canciones, etc. En el mercado se puede encontrar cualquier artículo, la mayoría innecesarios, adornos banales y costosos, esa es la imagen con la que pretenden que las niñas en todos y cada uno de los rincones del mundo se identifiquen, muñecas de cuerpos peligrosamente esbeltos, pieles blancas en su mayoría (un pequeño porcentaje de las muñecas son morenas, negras o amarillas no por respeto a la diversidad sino para que las niñas de todo el orbe se identifiquen con mayor facilidad), cabellos rubios, características físicas que la mayoría de las mujeres serán incapaces de alcanzar por que los genes todavía no se compran en el supermercado, y a partir de ahí una interminable lista de productos que prometen a la compradora que la harán lucir como la modelo de televisión, para ser aceptada y amada. El gran propósito es “producir” generaciones y generaciones de mujeres condicionadas a consumir, a encontrar siempre su imagen imperfecta y a necesitar siempre adquirir los artilugios que nunca la llevarán a lucir como el estereotipo que promociona los productos, la insatisfacción como forma de control.
Los cuentos de hadas, historias de tradición oral recopilados por los hermanos Grim, por Charles Perrault, por Hans Christhian Andersen, han sido obscenamente manipulados por los emporios de divertimento infantil hasta llegar a moldear un carácter sumiso y falto de cuestionamiento en las niñas, las princesas en pantalla son puestas a resguardo por su custodio, su dueño, es decir al primero al que pertenece una niña al nacer, a su padre (si es que aparece la madre, esta no puede tomar ninguna decisión sobre el bienestar de su hija, ni siquiera en Shrek), quien la resguarda del mal que existe a su alrededor colocándola en la torre más alta, o bien es abandonada a su suerte al morir su progenitor y obligada a trabajar sin descanso para sus dueños, quienes además de explotarla la mantienen en la ignorancia evitando el contacto con el mundo exterior, se casan con el primer hombre que las “rescata” mediante un beso, en la película siempre resulta ser un príncipe; lo que tramposamente evitan comunicar es que las niñas no son princesas y que no existen los príncipes azules. Lo que si existe es la confabulación de los grandes corporativos productores de un sin fin de artículos y servicios, para generar mano de obra barata, siempre insatisfecha, consumidora y adoctrinada.
En su libro
Mujeres que corren con los lobos Clarissa Pinkola propone una nueva lectura de los cuentos infantiles de hadas, además de hacer una seria investigación sobre las variantes de cada uno de los cuentos en distintas regiones de Europa y de algunas historias tradicionales de América Latina, donde el final feliz que vemos en las películas no es siempre posible y en el caso de que así sea, cada cual de los que hicieron el bien o el mal reciben su recompensa o castigo, pero también las protagonistas de las historias deciden sus destinos de acuerdo a sus circunstancias y no son las circunstancias quienes deciden por ellas, lamentablemente los cuentos de Clarissa Pinkola no llegan de forma masiva a las salas de cine.

Las políticas neoliberales que se están aplicando en todas partes del mundo, de las que forma parte la explotación generalizada de la mano de obra, repercuten mayormente en la población femenina. La toma del poder por parte de uno de los sectores más conservadores de la derecha en los Estados Unidos de Norteamérica, país de donde emanan estas políticas y las directrices a seguir por todo aquel que no desee enemistarse con el imperio y arriesgarse a una intervención violenta, está obligando a las mujeres a defenderse, a proteger los espacios que se han ganado a lo largo de los años o replegarse y regresar a la sumisión dictada por una sociedad patriarcal donde quienes deciden son los hombres, un ejemplo es la exclusión que se realiza desde el Banco Mundial y el Plan de Emergencia para el alivio del Sida (PEFPAR por sus siglas en inglés) hacía todas las organizaciones no gubernamentales que promuevan el uso del condón como método de prevención de infecciones de transmisión sexual, los únicos apoyos otorgados en los últimos dos años fueron a ongs vinculadas a grupos conservadores que promueven la abstinencia como única forma de control, según denunció en agosto del 2007 el Programa de Política Social de la Universidad de Oxford.
Pero las cosas no son muy diferentes al interior de la sociedad, hoy día seguimos escuchando entre las familias, con instrucción o sin ella, refranes cargados de “valores” que evidencian el desprecio a la vida de las mujeres, todavía las abuelas se ponen más eufóricas ante la llegada de un nieto varón que de una niña, argumentando que los niños son más felices y tienen menos obstáculos en su vida, reflejo de lo que a ellas les tocó vivir, pero reflejo también de que no hemos trabajado como sociedad en la conformación de un mundo en donde las mujeres sean apreciadas, valoradas y protegidas ya no por su condición de mujeres sino por el hecho de ser seres humanos.
Todavía es una realidad en este 2008 que cualquier sujeto en la calle se considera con el derecho de lanzar insultos disfrazados de piropos a cualquier mujer que pase cerca de él, sin importar si la mujer es diputada, secretaria, ama de casa, activista, etc., no importa la forma en la que va vestida o su forma de caminar, o el transporte que utilice, los albañiles, los obreros, los académicos, los políticos, los oficinistas se sienten con la libertad de insinuarse, ofender y hasta establecer contacto sin el consentimiento de las mujeres por el simple hecho de que nacieron hombres y de que nuestra sociedad les ha permitido detentar el poder de controlar a las mujeres. El incremento en las denuncias por acoso sexual en los trabajos no representa la realidad del problema, las mujeres continúan consiguiendo puestos de menor jerarquía que los varones, la necesidad de contar con un empleo que signifique sustento para la familia inhibe la cultura de la denuncia, las mujeres temen más acoso o la perdida del empleo al encontrarse subordinadas laboralmente a los hombres.
Pareciera que el pensamiento de Simone de Beauvoir esta siendo rebasado por la realidad actual, ella planteaba que la mujer no nace se hace, se va construyendo de acuerdo a la educación, a la cultura y a la sociedad imperante en una época y en un espacio determinado. Con la globalización el alcance de la información se ha multiplicado exponencialmente, llega por medio de la televisión o de la Internet hasta el municipio más apartado de la República Mexicana, y es la misma que llega a Centro América o a Medio Oriente o a Sudáfrica, hace que las niñas y las mujeres estén influenciadas no solamente por lo que dicta su comunidad sino por lo que establecen los patrones de conducta que son inoculados en mayor medida por la televisión, y un poco menos por la red (en la medida en que está al alcance de menos personas y de que existe en ella la posibilidad de respuesta, lo cual está siendo aprovechado por grupos alternativos); los estereotipos a seguir que muestra la pantalla se van homologando, los juguetes con los que juegan niños y niñas de todo el orbe se han ido pareciendo cada vez más, como si no hubiera diferencia entre los deseos de una niña y otra a miles de kilómetros de distancia, como si no existieran clara diferencias entre las necesidades de las mujeres de diferentes países, de diferentes culturas, de diferentes formas de vida, anhelos y preferencias. Nuestra capacidad de elegir está mucho más allá de la “gracia” que nos otorgan para seleccionar entre dos o tres marcas de cosméticos, nuestra libertad no debemos desperdiciarla en decidir entre diferentes formas de sumisión; es largo el camino que nos queda por recorrer.


Bibliografía
Aristófanes. (1981) Teatro completo, segunda edición, Ediciones Ateneo.
Castellanos Rosario. (1987) El eterno femenino, quinta reimpresión, Fondo de Cultura Económica.
Católicas por el derecho a decidir, revista, Actitudes católicas hacia el comportamiento sexual y la salud reproductiva, 2004.
De Beauvoir Simone. (1981) El segundo sexo, editorial La Pléyade.
Debate Feminista, revista semestral, año 12, vol. 24, octubre 2001.
Faludi Susan. (1992) La guerra contra las mujeres, primera reimpresión, editorial Planeta.
Fauziya Kassindja y Layli Millar Bashir. (1999) ¿Nos oyen cuando lloramos?, Plaza y Janés.
Pinkola Estés Clarissa. (2001) Mujeres que corren con los lobos, tercera edición, Punto de lectura.
Shlain Leonard. (2000) El alfabeto contra la diosa, primera edición, editorial Debate.
Wollstonecraft Mary. (1998) Vindicación de los derechos de la mujer, editorial Debate.